El diseñador Paul Priestman tuvo su idea originaria cuando pasaba unos días en un hotel. Dentro de las recomendaciones de la conserjería se sugería a los pasajeros que utilizaran en forma racional el agua de la ducha.
A su vuelta comenzó a desarrollar la idea que tuvo como resultado Waterpebble. Este particular dispositivo sólo se coloca en el piso de la ducha, sin necesidad de ningún tipo de conexión o instalación complicada. La idea es ayudar a cualquier persona a reducir su consumo de agua durante el baño.
Waterpebble monitorea la cantidad de agua que corre hacia el desagüe.