El proceso que llevó a Chris Lehrecke a lograr el éxito en la producción de mobiliario no fue directo ni sencillo. Cuando se mudó a la ciudad de New York a los veinte años, su educación de arte y diseño era limitada. Fue su curiosidad la que lo llevó a investigar diferentes modos de lograr sobrevivir en esta gran ciudad. Al poco tiempo comenzó a trabajar para un fabricante de muebles en la zona de Brooklyn.
La relación con el material y el trabajo artesanal le permitió expresar su personalidad y descargar su energía creativa.