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El proceso que llevó a Chris Lehrecke a lograr el éxito en la producción de mobiliario no fue directo ni sencillo. Cuando se mudó a la ciudad de New York a los veinte años, su educación de arte y diseño era limitada. Fue su curiosidad la que lo llevó a investigar diferentes modos de lograr sobrevivir en esta gran ciudad. Al poco tiempo comenzó a trabajar para un fabricante de muebles en la zona de Brooklyn.

La relación con el material y el trabajo artesanal le permitió expresar su personalidad y descargar su energía creativa. Sus muebles permiten que el material exprese su potencialidad y sus cualidades intrínsecas, son muebles pesados, en los que la madera es la protagonista.

Lehrecke combinó las enseñanzas adquiridas junto al fabricante de Brooklyn con su aprecio por el diseño moderno. Al poco tiempo comenzó a diseñar y fabricar sus propios muebles.

La inspiración surge de diversas fuentes: los muebles africanos y japoneses, las piezas Shaker, y el diseño de mediados del siglo XX. Diseñadores como Jean Prouve y Hans Wegner son algunos de sus favoritos.

Para Lehrecke el resultado final es un trabajo en conjunto entre el diseño propio y la artesanía de los fabricantes de muebles. Su relación tan estrecha con la manufactura lo ha llevado a redescubrir técnicas y materiales antiguos que permiten darle un aire nuevo a los muebles modernos. De esta forma logra crear diseños que se sienten contemporáneos pero al mismo tiempo atemporales.

Desde el año 1997 trabaja desde su taller ubicado en el norte del estado de New York. El contacto más directo con la naturaleza y con los bosques de la zona le ha dado nuevo impulso a su trabajo con las maderas locales.

Su línea de productos incluye mesas y bancos, lámparas con pantallas de madera laminada, sillas y banquetas.

Para conocer más sobre las piezas de Chris Lehrecke se puede acceder a su página Web.