Herramientas simples pueden convertirse en los medios para desarrollar la obra de un artista que lleva a su punto cúlmine la pericia y destreza para desarrollar sus múltiples facetas y oportunidades.
Carine Brancowitz ha elegido la birome, o la lapicera biro, como el medio para generar su obra artística. Esta diseñadora gráfica, que a los 16 años se mudó a París para estudiar ilustración, serigrafía y litografía en la School of Arts & Graphics en la Ecole Estienne, ha desarrollado un universo de personajes y objetos, que salen de este medio absolutamente popular.
Con una herramienta mínima Carine Brancowitz logra que sus dibujos tomen forma. La birome no ofrece demasiadas posibilidades más allá de la repetición de las líneas, pero la artista ha logrado generar una gran variedad de texturas y movimientos en sus personajes.
La limitación de colores y de grosores de líneas que ofrecen las biromes no son impedimento para generar una obra de múltiples facetas. La elección de temas es variada, pero su mirada se posa en escenas de la vida parisina, en jóvenes fashion de la calle, en objetos cotidianos de su hogar.
Sus dibujos destacan por una obsesiva atención a los detalles, por su elegancia de líneas y por la severidad de las composiciones. El trabajo con la birome denota una faceta obsesiva propia de una adolescente, pero sus dibujos nos hablan de la madurez de una artista que ha elegido un medio, y lo ha desarrollado hasta lograr que se adapte a sus necesidades.
Su trabajo no ha pasado desapercibido, y además de su obra personal, ha realizado trabajos para clientes como Testoni, Kitsuné, Iceberg, Céline, Nokia; y colaborado con publicaciones en revistas como Dazed & confused, Elle, Vogue y Playboy.
Para conocer más sobre la obra de Carine Brancowitz se puede acceder a su página Web.