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En el distrito de diseño de Buenos Aires, Palermo, se mezclan en pocas manzanas diferentes locales que ofrecen productos tan variopintos como ropa de vanguardia, sucursales de marcas de trayectoria, locales pequeños de producción de objetos de decoración, restós fashion y muchos más.

Sopa de Príncipe ya se ha convertido en uno de esos locales por lo que hay que pasar en la recorrida obligada del barrio. Sus muñecos son tan adorables, que aunque no haya un niño en la familia, dan ganas de comprarlo y atesorarlo.

Es que los muñecos de Sopa de Príncipe no son los peluches comunes y corrientes que se acumulan por montón, y se han convertido en un cliché de lo romántico o amoroso. Los muñecos de la tienda son tiernos, pero no perfectos; coloridos pero no de tonos rabiosos; adorables sin caer en lo común.

Con un catálogo no demasiado extendido, los animales que ofrece Tienda de Príncipe se dividen en: muñecas, animales domésticos; de la granja; autóctonos; bichos raros, selváticos; a los que se suman los juegos y los objetos únicos (robots y seres imaginarios).

Todos los muñecos son realizados con combinación de telas que portan diferentes patrones, y que se ensamblan generando sintonías y contradicciones interesantes. A estos se suman como elementos del diseño, botones a modo de ojos, y puntadas visibles para remarcar facciones y detalles.

Para conocer más sobre Sopa de Príncipe se pueden acercar su local en la calle Thames de Palermo, Ciudad de Buenos Aires; o ingresar a su página Web.